jueves, 24 de julio de 2003

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Marina es una amiga de hace muchos años. Fuimos novios durante 6 meses cuando teníamos 24. Laburábamos juntos. Después que cortamos, yo quedé hecho mierda y ella no. Era bastante choto compartir con ella los días en el trabajo. No había forma de sacármela de la cabeza. De hecho, cambié de laburo por esa razón.
No es por nada, pero yo les recomendaría que lo piensen dos veces antes de tener un coito laboral. Bah, a menos que tengan la certeza de que ninguno de los dos se va a enamorar.
Pero, ¿quién puede tener esa certeza?
En fin. El tema es que retomé el contacto con ella hace un año, más o menos. Primero facebook, después chateamos, después almuerzos... una cosa llevó a la otra, y terminamos dándonos un par de sacudidas. Y nos pasó algo muy loco: descubrimos ahora que teníamos muchísimos gustos y fantasías sexuales en común. Podríamos decir que perdimos varios años de nuestra vida, y que estuvimos 6 meses juntos sin saber eso. Creo que éramos muy pendejos como para blanquear algunas cosas, y no salimos tanto como para confiarnos demasiado.
Ella está casada. Se está separando. Pero no tenemos ningún tipo de proyecto en común.

El otro día le comenté a Marina en tono de sorna lo del fantasmita que está en mi casa. Y me propuso hacer hoy a la noche el juego de la copa.
Viene en un rato para eso, y yo tengo un cagazo que ni les cuento.