miércoles, 20 de julio de 2005

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Organicémonos.
Tengo 39 años. Soy solo. Tengo un hijo que vive con la mamá en Esquel. Laburo por mi cuenta, en el rubro seguros. Pero no soy productor, ni vendedor, ni nada de eso. Digamos que las compañías me contratan para algunos trabajos puntuales.
Hace poco fui al cine a ver "Carancho". Días después, hablando con un amigo que también la había visto, le comentaba que yo no sabía ni que existía ese subrubro de la abogacía.
Pensé mucho sobre eso, y seguro que casi nadie debe saber que hay gente que hace mi trabajo.
En parte, eso me inclinó a hacer un blog. Lo que para mí son historias cotidianas y rutinarias de mi laburo, para algun otro pueden ser interesantes.
Soy investigador especializado en seguros. Las compañías me contratan cuando tienen que pagar una póliza muy alta que sospechan que puede ser fraudulenta. Por ejemplo: usted incendia intencionalmente su negocio para cobrar el seguro. La policía y los bomberos coinciden en que el incendio fue accidental, Pero la compañía sospecha algo, y la póliza es muy alta. Entonces, me llaman.
Si no descubro nada, cobro solamente los viáticos. Si compruebo el fraude, me pagan el 30 % del
total de la Póliza.

No es un trabajo como para estar orgulloso, lo sé. Pero a mí me gusta, y me pagan bien.
Alguno podría decir que estoy del lado de los malos. Pero no es tan así. De última no me importa. Yo estoy de mi lado.