martes, 15 de julio de 2008

3

El departamento tiene dos ambientes grandes. Cocina aparte y baño completo. Es una construcción relativamente antigua. No sé quién vivía antes. No sé si alguien murió acá. No se nada. No se me hubiera ocurrido preguntar esas cosas. ¿Vos preguntaste alguna vez algo así? Yo no. Me hubiera dado vergüenza.
Pero todo se sabe. Porque para eso están los porteros. "Buen día, ¿qué tal la nueva casa?", me preguntaba todas las mañanas el encargado del edificio de al lado. Los tres primeros días le respondí con una sonrisa. Y por dentro pensaba "a este pelotudo qué carajo le importa".
Después del cuarto día no hubo más sonrisas ni insultos.
Porque un pequeño ruido se explica. Dos o tres pequeños ruidos también.
Un par de veces podés dudar de haber dejado prendida la radio. Podés tratar de convencerte que olvidaste estirar la cama antes de salir. Y si te hacés muy pero muy el boludo, podés creer que todos los días te dejás abierta la misma puerta de la alacena.
Pero esa sensación de que hay alguien al lado tuyo, es una puta mierda dificil de explicar.
A vos te puede parecer una boludez. Una sutileza. Una pavada. Pero es algo que me hace girar la cabeza todo el tiempo.
Yo hubiera pensado lo mismo hace unos meses.
Pero es una sensación tan jodidamente real...